sábado, 31 de agosto de 2013

Coge un avión.


Cuando no sabes por donde empezar a preguntarte que es lo que quieres, es cuando debes empezar a hacerlo. Aunque sea difícil, lo más difícil. Porque en el fondo, en  un pequeño rinconcito  de ti mismo, sabes perfectamente lo que quieres, pero no te atreves a aceptarlo, a sacarlo, y mucho menos, a seguirlo.
Son las grandes decisiones las que nos hacen grandes personas, las que nos hacen coger el tren adecuado, el tren que queremos coger, pero surgen las dudas de: ¿será ese tren? ¿me llevará ese tren a donde quiero llegar? o peor aún, ¿tengo billete para ese tren...?
¿Podemos comprar cualquier billete? ¿O hay billetes que no nos son permitidos? ¿Y si ese es el billete que queremos? ¿Debemos aguantarnos con otro billete a otro lugar?
En el mundo que vivimos, lleno de posibilidades, lleno de oportunidades, lleno de ganas, lleno de vida, no deberíamos permitirnos coger ningún billete hacia ningún lado que no queremos llegar. Y si no hay billete de tren para llegar a donde quieres, coge un avión.