viernes, 29 de abril de 2011

La idea de alguien


"Te extraño como nunca, pero te sigo no teniendo como siempre"
O eso es lo que quiero creer. Aferrarse es una palabra con fuerza, que me gusta utilizar. Aferrarse a algo, a alguien, o a la idea de alguien. Se puede echar de menos aquello que nunca sucedió? Viviste una mentira, o una verdad inventada?
Cuando crucial e inevitablemente creas tu mundo, has de asegurarte de no pasar demasiado tiempo alli. Por mucho que cueste aceptarlo, no es real, y degraciadamente nunca lo será.
Vaya mundos hay creados por ahi verdad? Dicen incluso que existen aquellos con felicidad sin pena, con finales felices y comieron perdices, y colorines colorados, que gracia... parece tan fácil. Y lo es. Lo es hasta el punto de volver. A donde? al mundo real.
Existen princesas y seres fantásticos hasta que acaba el cuento. Sabes lo peor? Que el cuento siempre acaba.
El problema en general, es que continuamente confudimos los mundos, y nos perdemos entre ambos buscando el camino de vuelta.
Suele aparecer ante nosotros, cual cartel luminoso, pero, no te confundas, ya que el mundo imaginario, aquel creado, suele brillar más que ninguno, y si lo sigues demasiado, puede que no puedas volver.
Conclusión: y la vida sigue.

lunes, 18 de abril de 2011

La gran mentira del amante


Para que nada nos separe, que nada nos una.
Y guardar en una caja
nuestra parte más oscura.
Que la abra el tiempo,
en el mas preciso momento.
Cuando estemos preparados,
para continuar sonriendo.
Existen cosas que nos hacen recordar,
todo lo bueno que habia
en nuestro recóndito lugar.
Todo lo que escondimos
creyendo que era mejor
que afrontar los miedos
sin ningún temor.
La gran mentira del amante,
del enamorado errante.
que viaja sin rumbo,
por todo el mundo,
creyendo encontrar lo más pronfundo.
Es pensar que su caja escondida,
no es una alma perdida.
ya que encerrar los sentimientos,
los mas bonitos pensamientos
Solo hace que perder,
por puro placer,
aquello por lo que más suspira.
Aquello que le da la vida.

miércoles, 13 de abril de 2011

El arte de lo limpio


Todo es mucho más fácil de lo que parece. En serio, lo es. La vida no és difícil, la hacemos difícil.
Por lo tanto está en nuestra mano decidir si queremos pasarlo bien o mal.
Aconsejo a todo el mundo incluida a mi misma, que cuando encuentres algo que te impida continuar, lo saltes. No tienes porqué superarlo si no es el momento, pero apártalo, deja que se enfrie, se destense, se tranquilice, y se aclare.
Es como cuando te equivocas mientras escribes, y pasas de página, para empezar en limpio. Pues eso es lo que hay que hacer: limpiar.
Empieza a escribir desde arriba, con buena letra, utiliza un buen boli, con una buena caligrafia.
Ya si eso, cuando estes preparado, arreglarás las páginas anteriores, ya que no siempre apetece pasar a limpio apuntes antiguos.

martes, 5 de abril de 2011

¿Unimos caminos?


La cuestión ( y cada vez mas problema que cuestión) es que la gente no comprende, no sabe, y por eso lo hace mal.
En la vida, cada uno nace con un pequeño sendero, un camino, que poco a poco irá rellenando, a medida que su vida evolucione.
Mientras te encuentras y andas por tu camino, cada persona del mundo estará y andará por el suyo propio. De esa manera se puede definir el mundo como un conjunto de caminos personalizados al gusto del caminante.
Y llega un momento en el que parece que algo falla, y es cuando encuentras a alguien en tu vida, con quien quieres caminar. Y decides y crees que lo mejor que se puede hacer es crear un camino mutuo por el que juntos pasear.
¿Que bonito verdad? Como decirlo... idílico?
Pues os tengo que decir que no, amigos mios, esa no es una buena idea, cada persona nace con su sendero por una muy buena razón, que es: la libertad.
Ya que dentro de tu camino tu decides, tu eliges, tu eres.
¿Quiero decir que seamos ermitaños de autocaminos? No por favor, no. Lo que quiero decir es que se puede caminar conjuntamente, de una manera más sencilla.
Solución: la unión de caminos; ambos senderos se unen paralelamente en una misma dirección.
Sería como ir caminado con alguien de la mano, sin la necesidad de grilletes. Y por el simple gusto, de pasear.