No decides quien se pone en tu camino. Solo el camino. Y es el azar quien pone a las personas en él.
De la gente de tu camino eliges quien quieres que te acompañe.
Hay personas que se quedan, porque quieres que se queden, otras que se van, porque quieres que se vayan.
Y luego estan aquellas que se van, y no quieres que se vayan.
A veces dejarías tu propio camino para seguir a esas personas, para saber porqué se han ido, para saber a donde van.
Quieres que vuelvan. A donde estaban. A tu camino. En el lugar que decidiste colocarlos. Como si tu camino fuera una gran maqueta de miniaturas, donde tú manejas a tu antojo a tus pequeños títeres.
Pero los títeres son de pensamiento independiente, y no hacen todo lo que tu quieres que hagan. Y mucho menos, quedarse en tu camino, el tiempo que tú mismo, necesitas.
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besitos con sabor a lacasitos