La chica triste del autobús.

Entró y pagó el billete como todos los demás. Le invadió el aire acondicionado, siempre de agradecer en los meses de verano.
Se sentó en un asiento individual, y como siempre, mirando hacia atrás. Hacia el camino ya recorrido. Hacia el camino ya escrito e imborrable.
Le colgaban del asiento los pies con las sandalias rosas nuevas. Le gustaban esas sandalias, aunque a algunos no.
Se puso a pensar en los acontecimientos que la habían llevado allí.Todos buenos. Todos perfectos. Todos maravillosos. Pero a pesar de todo, se seguía preguntando por qué no era feliz.
Imaginó si la gente del autobús era feliz, y por un momento los envidió
Al bajar del autobús un anciano sentado al lado de la puerta le dijo: "Una chica tan guapa no debería de estar tan triste".
No es que el anciano del autobús supiera lo que ella pensaba, pero es que la chica triste del autobús no podía ocultar los sentimientos de su mirada. Nunca ha sabido hacerlo.

¿Que se supone que se debe hacer con el amor?

Te quiero.

Y sabes porqué? Porque si. Porque he decidido quererte. Porque puedo quererte. Y me apetece quererte. Porque nadie me ha dicho que lo haga, y nadie me ha dicho que no lo haga.

Porque este sentimiento nació de mi, y de nadie mas. Porque nunca lo pensé, y nunca me lo planteé, simplemente llegó el día en el que supe que era así, que te quería, y que por mucho que intentara negármelo a mi misma, no podía evitar quererte.

Y entonces decidí aceptarlo. Acepté que te quería.

Y fue entonces cuando no supe que hacer. Que se supone que se debe hacer con el amor?


Darlo. Eso es lo único que se puede hacer con el amor. No puedes comprarlo, ni venderlo. Pero puedes encontrarlo, y perderlo. 

La cuestión es encontrar a alguien a quien darlo, y que esa persona te de el suyo, porque sino, te quedarás sin nada.

Me voy al tobogán

Te acuerdas cuando de pequeño jugabas en un balancín en el parque? Si, ese columpio que necesitaba de otra persona para poder subir y bajar. Ya que el juego en si es imposible si lo haces solo. Es un juego divertido.
No puedes sentarte en una parte y esperar que se mueva, ya que eso, no va a suceder por mucho que quieras.
El balancín es un juego de dos personas, y por supuesto, esa otra persona, tiene que querer jugar.
Me he sentado en un lado del balancín, y me he dado cuenta de que no hay nadie al otro lado, nadie que quiera jugar conmigo. Y he esperado a que alguien se siente. Pero no se puede esperar eternamente, así que he decidido cambiar de juego, y me he ido al tobogán, ya que allí, puedo elegir yo sola, cuando subo, y cuando bajo.

Siempre

Las conversaciones sin anestesia, las que van directamente desde el corazón. esas son las que valen. Y las que les valían a ellas.

- Va a hacer realidad mi sueño.

- Él es parte de tu sueño.

No valen las mentiras cuando son tus ojos los que hablan y no tu boca. Los ojos no saben mentir.

- Irías detrás de él?

- Ya he ido detrás de él.

-Y lo volverías a hacer?

-...- sonrió tímidamente, pero no dijo nada

-Venga...lo harías?

- ... siempre.