Imagina la vida como una película. Con sus créditos, sus decorados, sus localizaciones, sus guiones, sus escenas trepidantes y emocionantes, sus escenas lentas y sentimentales, sus personajes, protagonistas y figurantes. Todo ese conjunto es tu vida, eres el autor de tu película, eres el guionista y el director, eres el montador de las escenas, e incluso la propia estrella protagonista. Tu decides lo que va a salir en tu película, tu planificas los ensayos y rodajes, y elijes quien sale en pantalla, cuando y como. Eres el director de casting de los actores, y decidirás quien será protagonista, y quien va a ser un mero figurante. Es tu película, decides cuando rodar, cuando parar, y cuando volver a rodar, porque la vida no para hasta que finaliza, como una película, hasta el corten, hasta el último momento de rodaje, todo sigue. Y así tiene que ser una vida, no puede parar, y mucho menos, nadie debe decirte cuando parar, porque tu eres el director de tu vida, tu mandas.
Cada uno hace de su vida una película: Protagoniza la tuya.
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besitos con sabor a lacasitos