Siempre sabe como la primera vez, y suena como la última.
Bajó del coche y echó a andar con la cabeza tan alta como sus expectativas. En todo este tiempo ella nunca le había visto girarse y mirar atrás, seguramente porque él sabía perfectamente que una parte de ella, iba detrás de él.
Y ya sola en el coche, se dijo para si misma, aunque en voz alta:
"-Dios...como quiero a ese maldito loco."
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besitos con sabor a lacasitos