Cuando te prometes que no vas a caer. Y caes.
Cuando te prometes que no vas a llorar. Y lloras.
Cuando te prometes que no vas a sufrir... Y entonces te das cuenta de que prometerse cosas, es muy difícil. E incluso a veces, imposible.
Hoy no he podido controlar y he roto mi promesa. Me creí fuerte prometiéndome que no lloraría. Que no lloraría de día. Mi "Fuerte de día, débil de noche" se ha convertido en "Débil de día, y de noche".
¿Como se puede estar tan feliz y tan triste al mismo tiempo? Cambiaría tantas cosas, y a la vez ninguna.
Dicen que los momentos perfectos lo son porque son finitos, porque se van a acabar. Y sentir que va a ser así es lo que nos hace disfrutarlos al máximo. Pero no desearíais a veces que algo no se acabara? Que durara para siempre? O que simplemente durara un poco mas?
Nos debemos el tiempo que perdimos.
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besitos con sabor a lacasitos