lunes, 6 de agosto de 2012
Fuerte de día. Débil de noche.
Se levanta feliz porque no le quedan ya mas lágrimas que derramar. Las acabó la noche anterior en el intento de dormirse a la primera.
Fuerte de día. Débil de noche.
Aferrándose siempre a la idea de seguridad. Una buena idea de la que no quiere soltarse, pero cada vez le quedan menos fuerzas. Sus manos se resbalan y no puede sujetar la última esperanza. La última oportunidad. El último momento. La última vez.
Se moja la oscuridad de la noche tras su paso. Se hunde lentamente. Se muere por dentro.
Pero aun es pronto. Aun quedan momentos por vivir. Días que quemar. Segundos que aprovechar.
Entonces se hace de día. Y se levanta con los ojos ya secos. Con fuerza con la que no contaba cuando se acostó tan triste.
Ella no se va a dejar vencer. Y aunque solo hubiesen 3 horas de sol al día, y el resto fueran noche, ella seguiría eligiendo al sol.
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besitos con sabor a lacasitos