No hemos hecho nada más que llegar a un punto de la partida donde ninguno de los dos sabe que carta sacar, que movimiento hacer o que respuesta dar.
Nunca fuimos de preguntas. Nunca fuiste de respuestas.
Nuestro juego se nos da bien cuando no es con nosotros con quien jugamos. Ya no hay nada que no sepamos contrarrestar, no hay ganador en un duelo de titanes, porque eso somos, los reyes de la partida infinita, de un juego que aprendimos el uno con el otro. Un juego del que no salimos con vida.
E incluso sacando nuestras mejores armas nos vence la atmósfera que ambos creamos hace ya tanto tiempo. ¿No te das cuenta? Nos anulamos. Nos quedamos a 0. Nuestras tonterías del exterior no sirven aquí. Ya no hay corazas, ya no hay barreras, ya no hay mentiras.
¿Hasta cuando vamos a mentirnos para empezar a buscar una solución? Si tu no lo sabes y yo no lo sé, deberemos saberlo, juntos.
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besitos con sabor a lacasitos