miércoles, 31 de octubre de 2018

Enjaulados


Es difícil perder la costumbre de vomitar sentimientos enjaulados. Y aquí estoy otra vez.  De nuevo, con los bolsillos a rebosar de tonterías y los sueños cogidos con pinzas. Tanto que dar, tanto miedo a perder.
¿Como es posible que tardemos tan poco en odiar y tanto en querer? Nos reservamos lo mejor que tenemos para...nadie. Guardamos tantas cosas dentro que nos destrozamos, y rotos no valemos nada. Y nunca es suficiente, y nunca hay bastante, y nunca...es nunca. Y no debería ser así.
En la utopía del mundo perfecto, todos recibimos los cumplidos que la gente piensa y nadie dice. En la utopía del mundo perfecto, ningún mensaje se queda sin enviar. En la utopía del mundo perfecto, nadie tiene miedo a preguntar lo que pasa. No hay malentendidos, no hay peleas absurdas, no hay rencor, ni hay miedo.

Se nos ha enseñado que el miedo mueve el mundo, pero qué equivocados estamos.
El mundo lo movemos nosotros.

viernes, 17 de junio de 2016

Bienvenido y adiós

El nuevo ente sólo es uno más llenando el hueco del invitado de turno. Que difícil es escribir sobre el desamor cuando no ha habido amor. Pero el vacío que deja si que se parece. Te das cuenta de como se va alejando algo que apenas te había rozado, pero lo había hecho de una manera tan sutil como punzante. Y duele como si fuese de verdad, y es que acaso no lo fue?
Siempre me acabo preguntando cual es el click que acciono por error y que me hace pasar del "eres maravillosa" a la más absoluta indiferencia. Auto-flagelarse no sirve de nada si no sabes la razón por la que lo haces.
Bienvenido y adiós, querido nuevo y último aspirante.


miércoles, 4 de mayo de 2016

jajaja

“El humor existe para recordarnos que por muy alto que sea el trono en que uno se sienta, todo el mundo utiliza su culo para sentarse.”

¿Alguna vez os habéis parado a pensar que nadie nos enseñó a reírnos? Que nadie nos dijo nunca: “Mira, esto se hace así: jajaja”. Ni nos dijeron por qué, ni para qué. Simplemente, y ya desde que nacimos, nos hicieron reír. De una manera u otra, lo sacaron de nosotros, como algo que se encuentra en nuestro interior con propósito de explotar. ¿Y no es esa la perfecta definición de carcajada? Una explosión que no puedes contener, algo que se libera, que te libera.

La risa habla en un lenguaje universal, simplificando meras palabras en un solo gesto, en un solo sonido. Un sonido capaz de llenar una habitación vacía a simple vista, pero enormemente llena en realidad. Es contagiosa, pegadiza, vivaz, ruidosa, tímida, pícara, preciosa y única.

Cuando nos reímos salvamos el mundo, porque el tiempo se para, y nos da una segunda oportunidad para recapacitar sobre todos esos minutos perdidos, en los que olvidamos reír.
Solo unos pocos minutos me costó sacar esa risa a cada una de las personas fotografiadas, minutos que en absoluto fueron tiempo perdido.


¿No son los momentos más importantes aquellos en los que te ríes? ¿No son los que más recuerdas? ¿No son los que prefieres recordar?


domingo, 3 de abril de 2016

Globo de helio



Nadie gritará en el desierto tu nombre
Nadie va a declararse culpable
Nadie piensa arriesgarse a buscarte, en las ruinas de tu ciudad, nadie.

Cómo nos gusta compadecernos y ser la víctima de una historia prácticamente imaginaria. 
Escuchar la canción mas triste, del álbum más triste, del grupo más triste. 
Arrastrarse, sentir pena y dar pena van juntitos de la mano hasta tristelandia, un parque de atracciones de niñas rotas y sueños perdidos.
Es más fácil ser infeliz en un mundo infeliz, dejar que te lleve la corriente de personas que no sonríen nunca.
Pero ahí estás tú, agarrada al último resquicio de esperanza como si te fuera la vida en ello, y es que en verdad, es tu vida la que estás agarrando.
No lo sueltes pequeña, los globos de helio no vuelven, y cuando lo hacen ya no valen para nada.

Lo conseguiste eres un superviviente.

Estribillo de "Tu continente" IZAL

martes, 24 de marzo de 2015

Miedos

Tras el tercer paquete de clinex terminado, empiezo a dislumbrar con un poco mas de claridad todo el miedo que se apodera de mi cada vez que dejo que alguien se acerque a ver el pozo del que procedo. Y cómo una reacción en cadena que se repite una y otra vez, el pozo vuelve a escupir hacía fuera, alejando todo ser viviente que se encontraba alrededor.¿Es el pozo o es la gente? ¿Es la gente o soy yo, la poseedora del pozo, quien con extremada torpeza repito pasos absurdos hacia la desgracia? Si alguien sabe la manera de sobrellevar esta situación sin el fátidico final que se me avecina, que hable ahora, o que calle para siempre.
Despúes de mil historias de noches borrosas o incluso días soleados de desilusión, te planteas el minimo común múltiplo de tu fracaso, y es cuándo te das cuenta, que todos esos cuentos, los protagonizas tú.
Tú, inocente criatura deseosa de un final feliz, abordas cada nueva esperanza con el ansía viva que te sigue quedando a pesar de todo. Y estiras hasta la última posibilidad de dislumbrar luz desde tu pozo, enamorada de la idea de conseguir el sol. Subiendo escaleras sin nombre que supuestamente te llevarán al cielo de tu gran estrella, olvidando que la estrella de tu cielo eres tu mismo, y que probablemente te hayas perdido en uno de esos escalones. Pero no pararás, porque la posibilidad de ganar está demasiado cerca, tanto, que casi que estirando tu mano la rozas, y el roce permite que respires el aire puro de tu objetivo. Y entonces sientes paz, un microsegundo de paz, que te envenena mas que la oscuridad de tu pasado, y no puedes permitirte menos, y matarías por segundos de esa paz, aunque duela como mil puñaladas en la espalda, porque estás vivo, y ya no recuerdas el pozo, ni las escaleras, ni el miedo, porque sólo estás tú, ganando la batalla de tu vida, cerrando la puerta al entrar. Al entrar a tu nuevo yo.

martes, 27 de enero de 2015

Soy mi paracaídas



Existe una necesidad humana de sostenernos para no caer, sostenernos en el vacío,  sostenernos entre la gente, sostenernos en nuestra vida...sostener nuestra vida.
Como ese niño pequeño que necesita que sujetes su manita todo el tiempo. Ese gesto, esas manos, esa unión, es como un paracaídas. Es la total libertad de saltar desde lo más alto con la consciencia de que en el último momento el paracaídas se abrirá, salvándonos. 
El gran problema del ser humano es utilizar a otra persona de paracaídas, pues confiar que alguien va a estar allí para no dejar que caigas, es dejar tu vida en las manos de quien en el momento necesario, tendrá que tirar de la anilla del paracaídas, y salvarte; ¿Y de verdad va a estar allí siempre?
Las personas vienen y van, cada una con su propio paracaídas, pero hay algo que está claro: sólo tú eres dueño de esa anilla. Sólo tú vas a estar siempre para salvarte. Aunque fallasen todas las manos del mundo, seguirán estando las tuyas, para abrir tu paracaídas.





domingo, 14 de diciembre de 2014

Próxima(mente)


 He esperado hasta que ha empezado la película para comerme las palomitas, 
pero ahora se me acaban y la película no ha hecho mas que empezar.


Es hora de comprar mas palomitas.