jueves, 31 de enero de 2013

Acelera.


Parpadea una vez. Parpadea otra. Pero no para. Ella sigue, con la convicción de que puede llegar a mas, de que puede abarcar más, de que si pasa 2 semáforos en ámbar, también puede con el tercero. Acelerando consigue lo que quiere, creer que es libre, que por un segundo ella manda, pone sus propias reglas, rompe sus propias reglas.
Pero entonces llega algo que la frena, el cuarto semáforo, el que pilla en rojo, el que la hace parar, el que le hace darse cuenta toda la mentira que es la idea de libertad, ya que por muchos semáforos en ámbar que pases, siempre te acabará frenando un semáforo en rojo.

...y porqué no quiero parar? que significa realmente parar? Pararse, esperar. Esperar a que se ponga en verde. Esperar...te. Porque los semáforos fueron algo nuestro. Y nos lo han quitado. Y ya no quiero semáforos sin ti.

lunes, 28 de enero de 2013

Las piedras de mi vida.


Y a pesar de lo vivido, a pesar de lo aprendido, seguimos cometiendo la misma clase de errores, como si tropezar con una piedra no fuese lo suficiente doloroso como para encontrarse con mil piedras iguales mas, y tropezar de la misma manera con todas ellas. Tenemos esa estúpida afición de encontrar atractiva la piedra, o quizás sea el modo en que caemos. Una vez has caído  ya sabes como levantarte, y piensas que porque habría que aprender otra manera de subir de nuevo, cuando ya sabes hacerlo de tu manera.
Pero aunque sepas como levantarte y resurgir de tus cenizas, eso no evita que suceda exactamente eso, que cada vez que te tropiezas, te conviertes en cenizas, unas que ya conoces, pero al fin y al cabo, cenizas.

¿Por qué ese intento obsesivo de gustar a las piedras cuando ellas solo tienen la intención de hacerme caer?

Puedo cambiar de parecer? Puedo decidir que es lo que me va a gustar de ahora en adelante? o seguiré cayendo una y otra vez con las mismas piedras de siempre?
Me gustaría creer que es posible cambiar tu manera de ver el mundo, tu manera de buscar, quizás la respuesta sea que debería dejar de buscar, y que por una vez, me encontrasen a mi.

lunes, 7 de enero de 2013

El hecho de haber dado.


Hay que dar lo que te dan. Es como un intercambio. Das y recibes. No me malinterpretéis, no hay que dar esperando una recompensa, pero tienes que saber lo que das y a quien, y si realmente merece la pena darlo. Porque sino, llegará un momento en que si has dado demasiado, y no has sido correspondido, te quedes sin nada, y nadie quiere quedarse sin nada.
Pero que pasa cuando quieres dar a quien no te da nada? Y si te convences de que dando, esa persona te dará también? Esas cosas pasan? Y si cegado por la sentimentalidad humana no ves que das y no te dan nada? Como lograr ver? Como aceptar una causa perdida si no la puedes ver? O peor aun, saber que es una causa perdida pero ser incapaz de desistir en tu empeño.
Entonces es el momento de decidir que persona quieres ser. Después de todos los golpes que da la vida, de todas esas personas que no te han dado nada, puedes decidir rendirte, dejar de dar, simplemente por el hecho de que estás cansado de perder. O por el contrario, puedes aceptar el hecho de que no todo el mundo te va a dar cuando tu des, pero que aun así, la recompensa no sería ese algo que nos habrían dado, sino, el hecho de haber dado. No pienses en lo que te van a dar, sino, en lo que te proporciona dar a esas personas, lo que les quieres dar.

martes, 1 de enero de 2013

2013


Un año mas, un año menos. Depende de tu manera de contar. Y como yo cuento día a día, ya son 3 años  de vida los que tiene este mi querido blog, felicidades pequeño, cada día te haces mas grande.
Siempre he pensado que solo un día da para mucho, pues imagina un año. Un año, que aunque quieras o no, habrás vivido mil cosas, habrás conocido mil experiencias y mil personas.
Todo visto así, parece como si cada cosa que hubieras hecho se perdiera cual granito de arena en un desierto inmenso, pues cuales son entonces las cosas importantes que cabría destacar de un año de tu vida?
Sinceramente creo, que a pesar de tus logros, de tus aciertos o incluso de tus peores errores, y poniendo mi hemisferio emocional en nivel preferente, diría que son las personas las que marcan un año. Son las personas las que te han acompañado durante todos esos momentos, son las que han influido en tus decisiones, las que te has escuchado, y las que han compartido tus experiencias.
Por lo tanto se podría decir que un año se mide en personas, ya que tu mismo eres una persona, una persona que también ha participado en la vida de los demás, y que significas, como ellos significan para ti.
En un año vienen personas nuevas, hay personas que se van, y otras que ya no se van a ir mas. La cuestión es que puede estar en tu mano decidir las personas que van a estar ahí. Contigo.

FELIZ AÑO NUEVO!